Hacia una mayor trayectoria de crecimiento
El renombrado economista y presidente del Consejo Asesor Económico del Primer Ministro Naren-dra Modi, Bibek Debroy, explica cómo la India va por buen camino para convertirse en una eco-nomía de 5 billones de dólares.
En los últimos años, la India ha sido etiquetada a menudo como una de las economías mundiales de más rápido crecimiento, un escenario que parece aún más brillante cuando se enfrenta a la desaceleración económica mundial. El Gobierno de la India ha anunciado el objetivo ambicioso de convertir a la India en una economía de 5 billones de dólares de los EE.UU. para 2024-25. Aunque algunos han calificado esto de inalcanzable, la mayoría ignora el enorme tamaño de la economía india al hacer sus predicciones. Incluso si crece a un ritmo más lento, la contribución de la India a la economía mundial será mayor debido a sus volúmenes.
Para alcanzar el objetivo de 5 billones de dólares de los EE.UU. se necesita una tasa de crecimiento del PIB del 8%, y las iniciativas del Gobierno de gasto público eficiente, mercados de tierras, trabajo y capital eficientes y el estímulo de la productividad y el espíritu empresarial tienen por objeto ponerlo en marcha. Huelga decir que en los estados de la India hay suficiente margen para lograr un crecimiento del 8%. Un PIB más alto no es sólo un número. Se traduce en mayores ingresos, más empleo, mejores condiciones de vida, menor pobreza y mejores indicadores socioeconómicos. Si bien en el último trimestre se ha observado una desaceleración, el estímulo monetario y fiscal de la India ya ha comenzado a surtir efecto y se manifestará pronto. Si se observa la situación actual, cabe suponer que en el ejercicio económico 2019-20, la India tendrá un crecimiento real del PIB de alrededor del 5%.
Uno de los éxitos de la gestión macroeconómica desde 2014 ha sido el control de la inflación. Un crecimiento real del 6% y una inflación del 4% dan como resultado un crecimiento nominal del 10%, mientras que un crecimiento real del 6% y una inflación del 9% dan como resultado un crecimiento nominal del 15%. Si bien el crecimiento nominal del 15% puede hacer que uno se sienta mejor que un crecimiento nominal del 10%, es preferible este último, con una inflación más baja.

Sin embargo, el objetivo es llevar a la India a una trayectoria de mayor crecimiento. Desde 2014, y las políticas del segundo gobierno de Narendra Modi son una continuación lógica de las primeras, se están poniendo los cimientos para asegurar precisamente eso. Pero en primer lugar, el entorno externo es poco favorable, la incertidumbre mundial afecta también a las perspectivas de exportación y crecimiento de la India. No es probable que muchos países crezcan al 6%. En segundo lugar, hay mucha holgura interna en el sistema y fuentes endógenas de crecimiento.
En tercer lugar, la inclusión debe interpretarse en el sentido de suministro público de infraestructura física y social. Los tableros, disponibles en el dominio público, ilustran las mejoras en la disponibilidad de carreteras (y otras formas de transporte), electricidad, conexiones de gas, retretes, saneamiento, vivienda, escuelas (y educación superior), aptitudes, tratamiento médico, seguros, pensiones, cuentas bancarias y crédito. Esta mejora es especialmente evidente en la India rural. Esa es la razón por la que el reciente Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD pone de relieve la fuerte disminución de la pobreza multidimensional. La inclusión también consiste en subvencionar a los desfavorecidos. Esto se hace ahora a través de una identificación descentralizada (un censo, no un sondeo), utilizando lo que se conoce como SECC (Censo de Castas Socioeconómicas). Este sondeo se utiliza para identificar a los beneficiarios, tanto para los planes de la Unión como para los estatales, eliminando las filtraciones y la multiplicidad. Los subsidios se canalizan ahora a cuentas bancarias y se vinculan a Aadhaar (Aadhaar es un número de identificación expedido por la Autoridad de Identificación Única de la India a todos los residentes del país). Los beneficios de la productividad derivados de esas iniciativas de inclusión y potenciación no pueden cuantificarse inmediatamente en términos económicos. Pero son palpables (y se confirman anecdóticamente, como en el paso de la leña al GLP, o la provisión de retretes, o los préstamos Mudra) y permitirán a la India cosechar la contribución del dividendo demográfico al crecimiento.

En cuarto lugar, esa agenda de inclusión y empoderamiento económico tiene como telón de fondo la mejora tanto de la facilidad de vida del ciudadano como de la facilidad del empresario para hacer negocios. Un empresario no es necesariamente un empresario corporativo. La facilidad para hacer negocios tampoco se debe únicamente a los indicadores de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, donde también ha mejorado el rango de la India. La iniciativa sobre la facilidad para hacer negocios del Departamento de Política y Promoción Industrial (DIPP) o del Departamento de Promoción de la Industria y el Comercio Interior, ha mejorado el clima de negocios e inversiones en todos los estados.
En quinto lugar, la limpieza institucional tendrá consecuencias adversas para el crecimiento a corto plazo. Ejemplos de esa limpieza institucional son la Ley de bienes raíces (reglamentación y desarrollo), el escrutinio de las transacciones financieras ilegales, la adopción de medidas drásticas contra las empresas ficticias, un código de insolvencia y quiebra y un mejor cumplimiento de las normas fiscales. Todo ello dará lugar a costos de crecimiento inmediatos, que se compensarán con las ganancias de eficiencia que se obtengan en el futuro.

Las finanzas del gobierno de la Unión se han gestionado bien, sin desviarse del objetivo de la consolidación fiscal. La reforma fiscal es un trabajo en progreso y la tasa del impuesto de sociedades ya se ha reducido. Tanto para los impuestos directos como para los indirectos, la agenda es la simplificación y la eliminación de las exenciones, lo que conlleva una reducción de los costes de cumplimiento. Así pues, el mensaje general es que un 5% del PIB en 2019-20 no debería conducir a la melancolía y la fatalidad; se vislumbra una trayectoria de mayor crecimiento.